Revestimiento funcional HQ para exteriores
apollo A100 proporciona una protección permanente de la fachada contra la humedad y todas las influencias ambientales y meteorológicas. Proporciona resistencia a la infestación de algas, hongos y musgo. Promueve y optimiza el rendimiento de los sistemas compuestos de aislamiento térmico existentes.
Luz ultravioleta
El poder destructivo de la luz
La luz solar de onda corta -la llamada radiación UV- destruye rápidamente las resinas comunes que se añaden a las pinturas de fachada disponibles en el mercado para garantizar su elasticidad. Después de sólo cinco años, éstos se vuelven frágiles bajo la influencia de la radiación UV. Se producen finas microfisuras, a través de las cuales el agua y los productos químicos perjudiciales pueden penetrar en la mampostería.
Erosión
El viento y el agua en interacción
El viento, el agua y los tóxicos ambientales lanzan su mayor ataque a las superficies de los edificios día tras día. Un proceso que, por desgracia, no sólo se manifiesta en edificios antiguos como iglesias y castillos. En cuanto se "disuelve" la función protectora de la pintura, se ataca el yeso y penetra la humedad.
Fluctuaciones de temperatura
En el ámbito del conflicto entre el calor y el frío
Las fachadas -especialmente en primavera y otoño- a menudo tienen que soportar fluctuaciones drásticas entre las temperaturas diurnas y nocturnas. El problema suele ser que los distintos materiales de construcción de la mampostería se expanden y contraen de forma diferente con los cambios de temperatura. En el caso de las pinturas convencionales para fachadas, esto da lugar a la aparición de grietas en la superficie al cabo de poco tiempo, lo que reduce considerablemente la función protectora de la pintura. apollo A100 resiste. Nuestro revestimiento cerámico se basa en un acrilato con una excelente capacidad de estiramiento, que tiene la capacidad de salvar las grietas ya existentes.
Humedad
Información básica sobre la "influencia" de la humedad
Todas las fachadas absorben la humedad del ambiente. Esto es especialmente visible en otoño y primavera. Un invierno cálido o un verano húmedo hacen que entre mucha agua en la fachada. En invierno, el agua congelada de la fachada revienta el yeso y aparecen grietas. Esto no sólo hace que los edificios tengan un aspecto antiestético, sino que puede convertirse en la causa de una serie de daños consecuentes. Las algas, el musgo y otros restos de podredumbre favorecen la entrada de más humedad, lo que en última instancia provoca daños permanentes en el yeso.
Con las pinturas convencionales para fachadas, sólo se seca la capa superior. Sólo los largos periodos de luz solar son capaces de secar la estructura. Pero en el lado de la sombra, las fachadas rara vez o nunca se secan del todo. El efecto aislante natural de la estructura del edificio se reduce drásticamente. Un 4% de humedad en el edificio reduce el efecto aislante natural de la mampostería en un 50%. Por ello, la deshumidificación es un componente importante para mejorar el balance energético de un edificio. Con una reducción de la humedad del edificio de sólo un 1%, se puede conseguir un aumento del 10% del efecto aislante natural.